Música clásica en vinilo
Para toda una generación, el primer Beethoven, el primer Mozart, incluso la iniciación a la ópera (generalmente con la tetralogía de Wagner) fue con un vinilo de música clásica dirigida por el legendario Herbert Von Karajan.
Karajan (Salzburgo 1908-1989) en su tiempo fue un rockstar, es decir, una primadonna cuyos Lp’s , colaboraciones y conciertos alcanzaban un inusitado éxito de ventas.
Lo anterior contribuyó a que se comprara toda esa vida de millonario que aumentó aún más su fama. Una colección de autos deportivos, aviones privados, mansiones y romances con las vedettes del momento abonaron a su imagen de artista excéntrico y genial.
En vida le llovieron todos los reconocimientos gubernamentales y estímulos económicos que lo hacían parte del Jet Set internacional, aunque Karajan no estuvo exento de escándalos. Su militancia en el Partido Nacional Socialista de Hitler se cierne como una enorme sombra sobre su imagen, que, cabe decir, él mismo cuidó hasta el extremo de delirio.
Pero todo esto es extramusical, Karajan era un director riguroso, exigente, disciplinado, preciso, rico en matices, exageradamente pulcro (aprendía de memoria cada partitura y colabora muy de cerca con los músicos y cantantes). Es cierto que también fue un histrión pero finalmente la perfección es una prerrogativa solo de Dios.
La educación sentimental
Emotivamente hablando, la música clásica va más allá. Allí donde la música popular explota hasta el delirio pasiones universales como el amor y el desamor, las melodías que han pasado la prueba del tiempo (es decir, las clásicas) nos llevan por inéditos senderos sentimentales (usando este término en el mejor de los sentidos).
¿Cómo explicar al sentimiento a que me remite La cabalgata de las Valquirias, los adagios de Mahler o el perfecto equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisiaco del concierto para piano en Do menor de Mozart?
No es exagerado decir que en esta avalancha de estímulos a los que nos tiene acostumbrado internet, un cuarto con una tornamesa y los discos de Herbert Von Karajan se vuelve como un jardín privado.
Fuentes
Rivera, A. (2019), “La timidez del hombre que coleccionaba “porsches”: así era Karajan, el músico que vendía “adagios” como si fuesen rock”. El País.
Redacción (2018). “Karajan fue una figura muy compleja, además de un gran músico”. DW.